Cambiando Hábitos Alimenticios



La mayoría de las personas tienen uno o varios malos hábitos que quisieran cambiar, y probablemente alguna vez lo hayan intentado cambiar sin éxito. Por eso muy importante tener una real motivación, esforzarse y centrarse en el hábito que se desea cambiar.

Alimentación:

Por lo general creemos que existen malos y buenos alimentos, cuando la verdad es que tenemos buenos o malos hábitos de alimentación.

Se dice que el hombre a lo largo del tiempo ha ido perdiendo su instinto natural de alimentación. Hoy en día solemos alimentarnos y hasta sobrealimentarnos, nos es mucho más fácil el acceso a una infinita variedad de alimentos, sin prestar atención en la calidad de estos. En otras palabras estamos alimentados pero no nutridos.

Algunos malos hábitos alimenticios:

Alimentos: No variar las comidas, poca ingesta de verduras y frutas. Abusar de frituras, pre-cocidos o comida rápida. Abusar de alimentos como la carne, comidas saladas, alimentos con altas cantidades de azúcar, bebidas como las gaseosas, alcohol, etc.

La forma en que comemos: comer rápidamente masticando poco los alimentos, comer sin tener hambre o dejar pasar mucho tiempo sin hacerlo. Comer a distintas horas sin tener un horario fijo. A la hora de la cena acostarse inmediatamente después de haber comido.

Como tratamos los alimentos: no darle la importancia a los alimentos al momento de elegirlos, ejemplo cuando solemos ir al supermercado muchas veces echamos al carro alimentos que “parecen tener buena pinta y verse ricos” sin interesarse en su procedencia o frescura.  También al momento de conservarlos, malos envases y lugares poco frescos. Al momento de cocinarlos, poco o mucho, sin tener encuenta las temperaturas.

Algunos consejos:

Lo primero es tener clara la meta: cambiar la dieta.  No se necesitara grandes conocimientos en nutrición sino más bien una gran fuerza de voluntad.

Dificultades a tener claras: Posiblemente tendrás que invertir algo de dinero en nuevos utensilios de cocina, también puede que tu círculo cercano no entienda el por qué buscar cambiar tus costumbres, invertirás tiempo pues deberás informarte sobre nuevas recetas y posiblemente al principio sea de gran dificultad comenzar los cambios.

Se recomienda no hacer un cambio rápido y radical de tu dieta, pues posiblemente la abandones rápidamente sin ningún resultado.

Comienza cambiando cosas pequeñas, por ejemplo si quieres disminuir el azúcar, echa una cucharada menos a tus bebidas (café, leche, jugos, etc.). Si quieres comer más frutas, agregar una después de la merienda, o si quieres comer más verduras, planificar algunas durante tus comidas de la semana.

Las formas de comenzar son infinitas, tu veras cual será la mejor para ti. La meta es que una vez cambiada una de ellas, comenzar con otra que te impongas.

Con esto recalcar que la solución al cambio siempre dependerá de tu persona y nadie más.
Quizás le interese ver más información en “Factor QuemaGrasa” 

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